sábado, 30 de agosto de 2008

REFLEXIÓN

Como docentes debemos lograr que la literatura infantil se asuma como función formativa, instructiva, estética y recreativa simultáneamente. Puesto que debe exaltar lo bello, lo verdadero y lo bueno, ya que debe expresar el mundo como lo quiere el niño: exitoso, feliz, organizado armónicamente, moderno y lleno de amor. Y así el niño termina apasionándose por la lectura tanto de tema recreativo como de interés científico.

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